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Financiamiento verde -Marisol Torres

La economía nacional viene enfrentando un reto fundamental en el desarrollo social y económico de la población: la debilidad del mercado laboral. Colombia se ha caracterizado por contar con altas tasas de desempleo, promediando 10,2% para la medición total nacional en los últimos cinco años, por lo que la reducción de este indicador ha sido siempre un gran desafío y uno de los principales objetivos de política económica de los diferentes entes públicos y privados. A la elevada tasa de desempleo con la que cuenta el país, se suma el hecho de que cerca del 48% de la población ocupada se encuentra en situación de informalidad, lo que dificulta la selección y evaluación de políticas que permitan, no solo incrementar el número de personas ocupadas, sino reducir la informalidad que afecta las condiciones laborales de la población. 

Para 2020 existía un optimismo generalizado en materia de crecimiento económico, situación que podría haber beneficiado también los indicadores del mercado laboral, sin embargo, la llegada de la pandemia generó una interrupción de las cadenas de producción y de las relaciones comerciales que llevaron a la economía nacional a una histórica caída anual de 15,7% en su Producto Interno Bruto (PIB) durante el segundo trimestre del año, generando con ello un deterioro significativo y una preocupación mayor en torno al desempeño futuro de los indicadores laborales.

Durante abril, mayo y junio de este año, el desempleo alcanzó niveles históricamente altos incrementándose, en promedio, 10,2 puntos porcentuales (p.p.) en estos meses, y alcanzando su máximo valor (21,4% para el total nacional) en el mes de mayo, con una reducción en agosto hasta 16,8%, cifra que de todas formas sigue siendo sumamente alta. Lo anterior ha generado una caída en los ingresos de los hogares, principalmente de aquellos que dependen de empleos informales, generando presión sobre el consumo e impactando negativamente los resultados de la actividad económica. Así las cosas, la determinación de políticas requiere un análisis de los sectores y grupos poblacionales más afectados, con el fin de focalizar de mejor manera las intervenciones del Gobierno Nacional y de los actores privados. Al hacer un diagnóstico, se hace evidente que la destrucción de empleos se concentra en los sectores de comercio, actividades artísticas y manufactura, en parte debido a que son estos los que más se han visto aquejados por las restricciones de movilidad. Adicionalmente, las mujeres, los jóvenes y las pequeñas empresas figuran como los grupos más perjudicados. 

En particular, las mujeres representaron el 39% de las personas ocupadas en el segundo trimestre del año, con una destrucción de empleos que superó en cerca de 10 puntos porcentuales la presentada en los hombres. Este comportamiento se explica en la afectación de actividades que en su mayoría se componen de mano de obra femenina, como lo son el servicio doméstico, el expendio de comidas preparadas y las actividades asociadas al cuidado de adultos mayores y niños. Además, dichas actividades parecen ser las menos beneficiadas también en el proceso de recuperación, pues se da prioridad a actividades relacionadas con la construcción y manufactura que se componen en su mayoría por mano de obra masculina.

Bajo este panorama, parece absolutamente necesario evaluar alternativas que permitan corregir las pérdidas de empleos generadas durante la pandemia y alcanzar reformas estructurales que logren la consolidación de un mercado laboral más formal y fortalecido con el fin de que se pueda garantizar una recuperación económica sostenida hacia futuro. En ese sentido, diferentes entidades públicas y privadas han realizado varias propuestas que buscan dar soluciones coyunturales y estructurales al problema descrito.

Como primera medida, luce necesaria la extensión de programas de apoyo a los empresarios, que permitan, no solo detener la destrucción de empleos formales, sino generar incentivos para la creación de mayores puestos de trabajo. Adicionalmente, algunas entidades privadas consideran que la reducción temporal de parafiscales y costos salariales podría también ayudar a cumplir este objetivo, a la vez que se podrían dar incentivos a la creación de nóminas formales entregando títulos de reembolso tributario.

La reactivación económica será también un factor fundamental para este propósito, por lo que el Gobierno Nacional le apunta a la creación de cerca de un millón de empleos fomentando la inversión mediante alianzas público-privadas en proyectos de infraestructura vial que comprenden la construcción de vías de cuarta y quinta generación, así como vías terciarias. Además, se contempla que los subsidios de vivienda den un impulso al sector de la construcción, que es un gran generador de empleo, y se propone también promover iniciativas de transformación digital e inversión extranjera, buscando apuntalar el proceso de reactivación.

Más allá de las soluciones de corto plazo, en el mediano plazo persiste el reto de reducir las tasas de desempleo y los índices de informalidad, objetivo que es alcanzable sólo a través de políticas más estructurales. En ese sentido, el Gobierno Nacional propuso una Misión de Empleo, de la que se pretende obtener resultados en el segundo semestre de 2020 y la que incluye propuestas tendientes a jalonar y dinamizar el empleo en el sector agropecuario del país, evaluar la formación para el trabajo, así como la inserción laboral, la gestión del empleo y la productividad. Por otro lado, desde el sector privado se evalúa la necesidad de revisar la flexibilidad y la estructura de los costos salariales, donde se destaca la propuesta de contratación por horas, así como la posibilidad de reducir el costo de oportunidad para los empresarios de tener empleados formales.  

El diagnóstico del problema y el inicio del debate es tan solo un primer paso en la enorme tarea por recuperar y fortalecer un mercado laboral sólido y equitativo, por lo que será necesario el trabajo conjunto del sector público y privado para garantizar la ejecución de los proyectos que permitan la recuperación de los empleos perdidos, así como una mayor contribución desde distintos escenarios en la construcción de propuestas estructurales que permitan superar el reto presente, priorizando los grupos poblacionales que se han visto históricamente más afectados con tasas de desempleo superiores a las del promedio nacional. 

 

Bibliografía

Corficolombiana. (2020). Todos por el empleo. Bogotá.

Ministerio del Trabajo. (2020). Misión para el mejoramiento de las instituciones y el funcionamiento del mercado laboral colombiano. Bogotá.

 

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